Ganar Salamanca es lo que queremos hacer, ganarla para cambiarla. El medio son las elecciones, porque es casi el único resquicio que deja el sistema para comunicar a las instituciones el cambio político.

Sin embargo Salamanca la cambiamos a diario, la cambiamos cuando nos vamos o venimos, cuando dejamos de hacer un trabajo para hacer otro, cuando nos apuntamos a un curso, cuando aprendemos algo y lo hablamos con los demás. Salamanca la cambiamos desde el creciente tejido asociativo que entre muchas personas estamos construyendo. Salamanca la cambian sus habitantes y sus residentes. Salamanca la cambian los estudiantes, de aquí, de España, de Europa y del mundo. Salamanca la cambian los turistas cuando deciden venir de fiesta o cuando vienen a adquirir cultura y conocimiento. Y Salamanca la cambiamos entre todas y todos cuando en lugar de no hacer nada, hacemos algo.

Y estamos haciendo algo. Estamos superando nuestras diferencias, nos estamos dando cuenta de que son muchas más las cosas que nos unen de las que nos separan. Cada persona tiene su propia visión del bien y el mal, de lo debido y lo prohibido, pero entre todos comprendemos que no podemos imponer ninguna idea si de lo que se trata es de convivir en paz, en igualdad y en justicia. No podemos imponer ninguna norma sin que quien la va a padecer o disfrutar la acepte. Y el método de aceptación de imposiciones no puede ser otro que el criterio mayoritario, suficientemente razonado, contrastado y debatido.

Queremos cambiar Salamanca poco a poco, queremos primero convencernos de que si queremos que las cosas funcionen nos debemos involucrar, cada persona en la medida de sus posibilidades, que son muchas, pero debemos participar en el pueblo al que pertenecemos, en la ciudad en la que vivimos. Podemos por ejemplo, informarnos, podemos simplemente hablar con otros. Podemos comprar otras cosas, quizá más cercanas, quizá más ecológicas, quizá aquellas que proporcionan un bienestar mayor a todas las personas que participan de la cadena de producción y distribución. Podemos cambiar un hábito, podemos tirar menos, podemos gastar mejor. Podemos también invertir nuestro tiempo en alguna causa que no sólo revierta en nosotros mismos. Podemos por ejemplo escribir a un medio de comunicación o a una institución, aunque sólo sea para que conozcan nuestra opinión. Podemos comportarnos de otra forma, en casa podemos compartir más.

Además de lo que podemos cambiar, que ya estamos cambiando, a nivel personal. ¿Qué podemos hacer a nivel institucional?.

A nivel institucional los cambios fundamentales que entiendo deben producirse son, en primer lugar, el deber de transparencia del Ayuntamiento y los demás organismos públicos y semipúblicos vinculados al mismo, y el derecho de acceso a la información.

En segundo lugar se debe fomentar la participación en la vida política de todas las personas y los grupos en los que se integran, ya sean estos étnicos, sociales, culturales o económicos. Muy especialmente debemos integrar en la vida política a la juventud, a la población inmigrante, al colectivo gitano y merchero y al colectivo LGTB, entre otros muchos. Y especialmente debemos esforzarnos en fomentar y facilitar la participación en la vida política de las mujeres.

Esta participación e igualdad política revierte en una mayor igualdad en todos los aspectos anteriores. Por ello es tan importante la participación, porque en caso de ausencia de esta, sólo quedan los y las representantes. Y nuestros representantes no podrán representarnos bien mientras no nos comuniquemos con ellos más allá de la comunicación precaria que supone el voto. Esta misma mejora de la calidad de la representación revertirá en una mayor pluralidad política pues una sociedad es imposible reducirla a dos bloques que compartan características comunes internamente y distintos entre sí. Esta pluralidad exige el fin del bipartidismo.

Pero no podemos dejar la participación ahí, debemos acercar la participación al móvil y al barrio de cualquiera.

¿Por qué insistimos tanto en la participación si a la ciudadanía le preocupa más la corrupción?. Por que más transparencia, una representación mejor y más cauces de participación, disminuye el nivel de corrupción, ya que permite un mayor control de nuestros políticos por parte de la ciudadanía.

Por último, quiero resaltar algunos valores que mantiene Ganemos Salamanca, y que son garantía de que las cosas se van a hacer de otra manera. En primer lugar Ganemos Salamanca tiene una conciencia de respeto y sensibilidad hacia el trabajo y la opinión ajena. En segundo lugar mantiene una orientación al diálogo y al consenso que genera un clima de confianza a los que participamos en esto que pocas veces he visto. Y por último mantiene un alto grado de confianza en nosotros mismos, confianza que deriva del trabajo que hacemos a diario y de cómo lo hacemos. De forma abierta, transparente, participativa y, diría, amistosa.

Por este proyecto y por este sistema estoy en Ganemos Salamanca, porque quiero ayudar en ello y creo que puedo hacerlo en condiciones. Porque me gusta la política y porque es necesario que personas válidas pero corrientes, desinteresadas pero entusiastas participen en las instituciones, y porque me hace ilusión participar en esto, me postulo para participar en la lista electoral de Ganemos Salamanca. Por ello te pido el voto, aunque bien puedes dárselo a cualquiera. En este caso concreto no creo que te equivoques mucho hagas como hagas.

En cualquier caso, participa, por favor. Lo importante es participar.