El proceso de primarias abiertas de Ganemos Salamanca concluyó el pasado domingo con la jornada de votación presencial. En total, cerca de mil personas participaron en estas primarias. El proceso, novedoso en nuestra ciudad por su metodología, fue un éxito rotundo de participación, sobre todo si lo comparamos con otros procesos similares que se están dando en otras ciudades, como Valladolid, Zaragoza o Barcelona. No hablemos ya de procesos en otras formaciones políticas, donde Ganemos gana por goleada.
Algo se mueve en Salamanca, tradicionalmente resignada a vivir en una crisis continua (despoblación, precariedad, paro…), cuando tantas personas deciden participar y avalar con su voto la confección de una candidatura para ganar el Ayuntamiento. El resultado, a falta de tener datos definitivos y de la ratificación en asamblea, es una lista plural que aglutina distintos perfiles y sensibilidades con un único objetivo: construir, de manera colectiva, una ciudad para todos, no sólo para unos pocos.
Ganemos Salamanca no intenta aglutinar el voto de la izquierda, sino el voto del cambio, un cambio del que hemos estado huérfanos en esta ciudad durante mucho tiempo. No es sólo la alta participación en el proceso lo que indica la marejada de fondo que apunta al cambio, es el hecho de que tantas personas con perfiles ideológicos distintos se hayan unido para conseguirlo. El modelo del PP para Salamanca ya lo conocemos y padecemos, también sabemos de la nula oposición del PSOE todos estos años. Por eso, otro modelo de ciudad donde quepamos todos no sólo es posible, sino que es necesario.
Un programa electoral elaborado colectivamente, un proceso de primarias abiertas, grupos de trabajo abiertos y horizontales, actas públicas, asambleas ciudadanas… Teorizar con hacer las cosas de otra manera está muy bien, pero llevarlo a la práctica está mejor, y ese modelo participativo, democrático y transparente que caracteriza a Ganemos Salamanca es el que hay que trasladar al Ayuntamiento. El cambio ya está en marcha.
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