La confluencia del movimiento municipalista con los partidos políticos, en el contexto actual, debería de mantener el protagonismo de la participación a título particular en asuntos locales, al mismo tiempo que respetar las aspiraciones de los partidos tanto de no diluirse (IU, Equo, Alter), como de consolidarse (Podemos), por lo que mi opinión se requerirían ciertos cambios en el funcionamiento actual de Ganemos Salamanca.

Estas modificaciones del proyecto original de confluencia además podrían ensayarse de forma inmediata, no debiendo esperar a la nueva configuración institucional que resultara de las elecciones en mayo de 2019, puesto que observando el resultado provisional, se podrían ir realizando los cambios necesarios, adaptándose a los problemas que pudieran ir advirtiéndose.

Por ello, en primer lugar parece necesario delimitar de forma clara y concisa los campos de actuación de la agrupación (grupo municipal, plenario y asamblea), frente al resto de actores que podrían concurrir en coalición a las elecciones municipales, principalmente partidos de índole provincial, regional y estatal.

Así, la primera propuesta sería configurar a Ganemos Salamanca 2.0 como una agrupación puramente municipalista. Esto es, orientada única y exclusivamente a las cuestiones municipales de competencia del Ayuntamiento de Salamanca, sin menoscabo de poder intervenir en cuestiones políticas asociadas, como modelo territorial, competencias compartidas con otras administraciones, etc. Precisamente, una de las críticas recurrentes por parte de activistas y de los propios partidos es la inconveniencia de haber entrado en debates excesivamente ideológicos o en cuestiones ajenas a la esfera municipal.

En segundo lugar, para constituir este espacio puramente municipalista y teniendo en cuenta que uno de los elementos clave de la base del éxito a nivel municipal de la confluencia partidaria consistió en huir de las sopas de siglas, no tanto como marcas electorales, sino como forma de organizar y tomar decisiones, parece adecuado mantener como base para la toma de decisiones la asamblea o plenario de personas a título particular, pero sólo para temas municipales.

La integración de las organizaciones políticas se realizaría mediante la participación a título individual, y la dirección de los partidos únicamente podría vetar iniciativas, si todos o una gran mayoría de los partidos se unieran para rechazar el apoyo a las propuestas de la asamblea de personas a título particular. Un ejemplo práctico serían las propuestas y dictámenes competencia del pleno o las mociones de carácter municipal, cuestión que podría ensayarse de forma constructiva en los próximos meses.

De contrario se procedería respecto a las votaciones sobre iniciativas extramunicipales. Serían las organizaciones políticas del ámbito correspondiente las que deberían responsabilizarse del posicionamiento y tendrían que ponerse de acuerdo mediante el sistema que acordaran (consenso, votación ponderada, etc.), pudiendo las personas particulares realizar aportaciones y comentarios, pero no intervenir en el sentido del resultado de la postura, cuando ésta llevara aparejada una votación en órganos municipales.

El ejemplo serían la campañas de mociones de incidencia política general y búsqueda de posicionamiento de otros grupos que con frecuencia se llevan a los Ayuntamientos sobre cuestiones políticas de carácter regional, estatal o internacional. De este modo, esta actividad institucional se trasladaría al ámbito comunicativo, con transparencia sobre el modelo de funcionamiento, la toma de decisiones y el origen de las iniciativas.

En todo caso, esta mayor necesidad de debate interno, y de las organizaciones, requeriría priorizar la reforma de los reglamentos de funcionamiento municipal, con el fin de aumentar los plazos de convocatoria de comisiones y plenos, posibilitando un mejor debate interno en el seno de las organizaciones y, en todo caso, una mayor organización para trasladar las propuestas extramunicipales a los distintos partidos políticos.

En resumen, se trataría de profundizar en el municipalismo y mejorar la integración y colaboración con partidos del siguiente modo:

  1. Centrarse exclusivamente en lo local y la política municipal, ampliando la participación de los partidos en tales debates con voz y un restringido derecho colegiado de veto.

  2. Reservar a los partidos la competencia sobre la decisión del sentido de las votaciones en cuestiones extramunicipales.

  3. Facilitar a los partidos la presentación de mociones de su interés, de forma pactada entre ellos.