Control del gobierno y las políticas locales

La experiencia de funcionamiento de la agrupación en las instituciones ha tenido muchas luces y sombras. Desde luego que entre las luces se encuentra el buen desempeño como oposición política clásica1, a la altura de las circunstancias y la situación de podedumbre del sistema político en general y los gobiernos del PP en particular.

Hay que recordar que nuestra democracia se encuentra en una grave crisis en la cual los mecanismos de control y responsabilidad política no están funcionando. Las preguntas de control en plenos y comisiones no son respondidas, y no hacen excesiva mella en unos grupos municipales absolutamente a la defensiva, y anclados en el sistema de mayorías. Incluso cambiando las tornas de las votaciones, las mociones aprobadas por los plenos apenas se cumplen, o lo hacen de forma cosmética, y el gobierno y las empresas amigas encuentran nuevos caminos para hacer torcer la voluntad plenaria, en favor de sus intereses.

A este respecto, la dura oposición de Ganemos Salamanca no ha encontrado suficiente apoyo ni respaldo en el PSOE y mucho menos en C’s quien se ha convertido en el “tonto útil”, incluso realizando el trabajo sucio de desprestigio y difamación que el propio PP no se atreve a realizar contra la oposición de forma directa.

Por tanto, los mecanismos de control y fiscalización de la oposición, en esencia la denuncia pública en los órganos municipales, en los medios de comunicación y en el traslado a la gente en redes sociales y mediante el boca a boca, se revelan todavía insuficientes, en especial por el mantenimiento del control de los medios de comunicación de mayor alcance por parte del PP.

Esta falta de control y responsabilidad política ha obligado en numerosas ocasiones incluso a trasladar al poder judicial numerosos asuntos por la falta de respeto incluso a la legalidad vigente, con indicios evidentes de comisión de graves delitos de corrupción política y vulneración de la Constitución y los derechos fundamentales.

Más de una docena veces ha tenido que acudir Ganemos Salamanca a los juzgados2 en estos años contra el Ayuntamiento de Salamanca, obteniendo por lo general resultados muy favorables. Esta práctica sí ha marcado una diferencia sustancial con otras experiencias, no obstante, tiene mucho que ver con la propia composición de los grupos institucionales, formadas por profesionales del ámbito jurídico, en especial en la Diputación.

El conjunto de este trabajo de oposición, aunque insuficiente, ha logrado notables éxitos, limitando la impunidad, reduciendo el miedo de la ciudadanía a denunciar abusos y evitando despilfarros millonarios de las arcas públicas, favoreciendo así poder ampliar políticas y nuevas inversiones.

Uno de los casos más llamativos es la descartada inversión de 600.000€ que el PP pretendía gastarse en el parque de Garrido, y que finalmente fue asumido, gratuitamente, por la empresa. Las bajas producidas en la contratación pública, ante el continuo escrutinio del grupo Ganemos, han subido enormemente, tras décadas de utilización de procedimientos cerrados, sin competencia.

Por ello, la entrada en las instituciones a nivel de oposición se puede considerar tremendamente positiva, al poder acceder de forma directa a la información y tener mayor capacidad de transmitirla a la ciudad, controlando mucho mejor al gobierno municipal y realizando un auténtico control y seguimiento de las políticas municipales, acudiendo al juzgado sin miedo y con la determinación necesaria para acabar con prácticas corruptas y clientelares.

Propuestas e iniciativa política

Las propuestas políticas de Ganemos quizá no han sido tan visibles para la ciudadanía como se debía esperar, aunque muchas de ellas han sido incorporadas a las políticas municipales, logrando por tanto pequeños cambios, en especial por ser buenas propuestas, y quizá no tanto por una elevada capacidad de negociación y acuerdo con el resto de grupos.

La realidad es que al no lograr el cambio de gobierno, las políticas municipales han cambiado poco, aunque la presión desde la oposición ha logrado que se implementen numerosas medidas que, en general, el propio gobierno municipal se apropia, cuando no el resto de partidos sostén.

Uno de los ejemplos puede ser la principal propuesta electoral de la agrupación fue la rehabilitación de viviendas y regeneración de barrios, realizando enmiendas al presupuesto de 2016 y de 2017, apenas de entrar en las instituciones. Ganemos había realizado numerosas intervenciones en prensa e incluso una jornada técnica específica con los mejores expertos del país, con gran éxito de participación social y profesional. Pues bien, en 2018 se ha aprobado un presupuesto de 1 millón de euros por parte del PP, publicitando el PSOE el éxito (por haberse juntado en una mesa y después de votar a favor de la legalización del Corte Inglés), cuando se trataba de una enmienda de Ganemos rechazada por todos los grupos municipales. El éxito es evidente, pero la visibilización no es correlativa, lo cual es habitual y bastante consustancial al ejercicio de la oposición.

Sin embargo, sin grandes presupuestos hay muchas propuestas que se han implementado por la incidencia de Ganemos Salamanca, como la mejora de la contratación y la transparencia municipal, medidas de igualdad de las mujeres, una reducción de la fiscalidad para personas con escasos recursos que viven solas, reducción del IBI o la supresión de discriminaciones hacia las personas extranjeras residentes en nuestra ciudad, mejorando su arraigo y regularización en una tierra tan necesitada de nueva población.

La ejecución de propuestas de actuación, que requieran presupuesto, desde la oposición por lógica no tiene gran recorrido pues tal responsabilidad corresponde al gobierno por lo que, la incidencia al respecto pareciera más efectiva desde fuera de la institución, presionando por propuesta a través de movimientos y organizaciones sociales, sindicales, profesionales o empresariales.

Otra de las razones en la falta de consenso para impulsas propuestas conjuntas, se puede encontrar en la competición partidaria y el excesivo interés por “apuntarse medallas” en los medios por los distintos grupos políticos, dificultando alcanzar la cohesión y mayoría necesarias, verdadera lacra de la política partidaria a la que no ha estado ajena en muchas ocasiones la agrupación.

Esta competencia ha provocado así una falta de consenso en impulsar propuestas de forma conjunta, lo que si ha sido más sencillo cuando es un tercero “neutral”, como una organización social, la que propone e impulsa determinadas propuestas. Si estas mismas propuestas son iniciativas de un determinado grupo municipal, sus probabilidad de obtener el apoyo del resto son muy inferiores, al generarse división que sólo beneficia al gobierno municipal.

Por otro lado, se ha evidenciado una falta de definición de estrategia propositiva con una escasa abstracción o dispersión de las propuestas realizadas, con escasa incidencia y seguimiento posterior si son rechazadas, lo que ha supuesto también que muchas propuestas hayan quedado en el aire, generando quizá excesivo ruido en los plenos y desviando la atención de las propuestas clave de la agrupación, que deberían generar claramente una imagen de que se sabe lo que se quiere, y que se debería poder resumir en un decálogo o conjunto de propuestas sencillas y entendibles.